

La Casa de los Patios
En pleno Casco Antiguo del municipio de Arahal (Sevilla), entre dos de sus principales
arrabales históricos, la Casa de los Patios surge de un ejercicio de aunar el respeto por nuestro patrimonio con una arquitectura contemporánea que tiende la mano a su tradición vernácula. La vivienda se ubica en una parcela entre medianeras de algo más de 45 metros de fondo y angostas fachadas de 4 y 5 metros a dos de las principales arterias urbanas del municipio. En ella nos encontramos con preexistencias de los años 30s que muestran un estado avanzado de deterioro: cubiertas inclinadas de tejas colapsadas y muros de carga de fábrica de ladrillo disgregados fruto de los estragos del abandono del tiempo y el desuso. El enclave al que nos enfrentamos se presentaba hostil, pero cubierto de una atmósfera mágica que nos atrapó desde la primera visita: la desnudez de la tradición de sus materiales, la sinceridad de sus sistemas constructivos, el juego de luces-sombras-penumbras entre sus llenos y vacíos, y la potencia de una vegetación salvaje que ha ocupado su abandono, nos sigue emocionando. ¡Supimos que ahí estaba nuestra propuesta! La premisa de intervención en este fragmento angosto y longitudinal de la ciudad pronto la tuvimos clara: la vivienda debiera desarrollarse en una transición de vacíos interiores que delimitaran y dotarán los espacios habitacionales; la vivienda debería contar con una planta y sección arquitectónica que, aún en un interior de parcela, continuamente mantuviese una relación con el exterior; la vivienda debería poner en valor los materiales y sistemas constructivos originales. Tres han sido los elementos principales que nos han permitido alcanzar tales premisas: por un lado, una sucesión de patios de punta a punta de la vivienda que establecen un contacto continuo con los exteriores y que inundan de naturaleza los interiores; por otro lado, la alianza con la sección de cubiertas inclinadas del perfil vernáculo original y su reinterpretación contemporánea que permiten un contacto visual continuo del interior con el cielo mediterráneo de La Campiña sevillana; por último, el empleo y recuperación de los materiales de construcción originales que, incorporados a una nueva lógica arquitectónica, petrifican, a modo duchampniado, el paso del tiempo y la historia del lugar. La vivienda principal se desarrolla en planta baja, con espacios diáfanos que equipan y domestican sus medianeras sinuosas. Diferenciamos, entre patios, tres claras zonas del espacio doméstico: la zona diurna, la zona de noche y un espacio de garaje en el antiguo “corral asociado a vivienda” reconocido en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Arahal (PEPCHA). Para ello nos apoyamos en la estructura existente de crujías de muros de carga de la parcela y respetamos la posición de sus patios originales. Muros y patios cargados de identidad e historia arahelense que recuperamos en un nuevo pacto por su puesta en valor. El metro y medio de desnivel entre fachadas se desdibuja en una transición de suaves y accesibles inclinaciones en los vacíos de vivienda. La planta primera, por su parte, viene a sustentar el apoyo habitacional de la vivienda principal en planta baja. De nuevo, hacemos poroso su perfil arquitectónico en un juego de patios contrapeados con la planta inferior: la privacidad entre niveles está garantizada sin renunciar a su contacto con los exteriores. Finalmente, un nivel de cubiertas corona la vivienda y desvela el respecto patrimonial de la propuesta por la trama urbana histórica de Arahal. Patrimonio, arquitectura y emoción.