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Centro deportivo La Venta

La Ampliación del Centro de Deportivo la Venta de Arahal surge de la necesidad de su Ayuntamiento de extender la capacidad deportiva de su complejo: concretamente la superficie de vestuarios y la capacidad de su sala de musculación, que actualmente se ubica en un espacio insuficiente e inadecuado para la práctica.

El proyecto se desarrolla como extensión longitudinal del volumen arquitectónico del complejo actual, sobre una parcela de unos 35×9 metros de superficie separada por viario peatonal unos 9 metros de la fachada transversal de la edificación existente.

Planteamos una propuesta que trata de extender, de forma natural, los volúmenes arquitectónicos, sin interferir con los flujos peatonales en el complejo. En primer lugar, proponemos una planta baja a modo de basamento que ocupa la totalidad de parcela, sin invadir los espacios de tránsito de los viandantes. En ella ubicamos 3 vestuarios –uno de ellos adaptado a personas con movilidad reducida–, un aseo de exteriores, un espacio de recepción y una ludoteca. Este basamento, en contacto con el plano urbano, sirve de acogida a la nueva sala de musculación, y hace las veces de equipamiento general del complejo deportivo.

En segundo lugar, sustentado sobre este basamento y sobrevolando el viario peatonal, emerge un prisma de vidrio que conecta con la planta primera de la edificación existente. Como una nueva prótesis de esta arquitectura, esta segunda planta se destina a ubicar un nuevo vestuario accesible en la conexión entre ambos volúmenes, un núcleo de comunicaciones verticales en el extremo opuesto y una diáfana sala de musculación de 260 metros cuadrados entre ambos extremos. La premisa de abrir visualmente este espacio interior a los exteriores deportivos nos llevó a hacer frente a las orientaciones de soleamiento este y oeste de sus fachadas principales: para ello planteamos una “cortina arquitectónica” basada en grandes lamas de acero microperforado lacado blanco que atenúa la acción directa solar, a la vez que dota de la justa privacidad a los interiores, pero sin renunciar a la apertura visual de los interiores. Hemos tomado prestado el uso cotidiano de los “visillos” de las viviendas de sus vecinos…  Los ángulos de pliegue de cada lama de la “cortina arquitectónica” responde a los ángulos solares en esta latitud en sus solsticios y equinoccios. Su materialidad etérea se vuelve rotunda en la distancia e integra al nuevo edificio en la coherencia volumétrica y cromática del resto de edificios del complejo.